Todos nos enamoramos de la relación efímera y trágica entre Jake y Rose, la historia de amor en Titanic marcó toda una generación y dejó conmovido al borde de las lágrimas a más de uno. Lo curioso es que nunca se hizo se concretó ese romance entre Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en la vida real pese a la química que desprendían durante la actuación.
Tras ser consultados por la prensa tanto Kate como Leonardo explicaron que entre ellos había solo una gran amistad que se forjó durante los siete meses de rodaje, ¿pero cómo creerle si en nuestra mente quedó aquella escena en el barco durante el atardecer? Fue la actriz quien de a pocos soltó detalles que queríamos saber.
Al principio Kate se sintió intimidada por el atractivo de su compañero, según confesó durante el programa de Oprah en 1998: “¿Cómo voy a poder trabajar con un hombre tan guapo?… Cuando lo conocí, descubrí que era un tipo normal. Nos reíamos muchísimo, tuvimos una complicidad de hermanos, congeniamos enseguida”.
Después de Titanic ambos tomaron proyectos diferentes en la industria, pero 11 años después el destino y una producción los volvió a reunir en la película ‘Solo un sueño’ y demostraron su gran capacidad actoral. Kate ganó un Globo de Oro por su trabajo y volvió a dedicar hermosas palabras a su amigo.
“Para uno de los hombres más especiales de mi vida. Leo, estoy tan contenta que no puedo estar aquí y no decirte cuánto te quiero y lo mucho que te he querido en los últimos 14 años”, dijo la británica, a lo que Leo respondió con un beso volado.
Finalmente Kate reveló en una entrevista para Marie Clarie en 2014 la razón de por qué nunca podrían estar juntos.
“Creo que la razón de que haya funcionado nuestra amistad es que nunca hubo algo romántico entre nosotros. Es decepcionante para la gente escucharlo, porque en la telenovela de la vida de Kate y Leo ellos se enamoraban a primera vista y se estaban besuqueando constantemente. Pero la realidad es que eso nunca pasó. Él siempre me vio como un chico más, nunca he sido una chica muy femenina. En ese tiempo nos necesitábamos el uno al otro, éramos muy jóvenes y trabajábamos a horas muy locas, lo cual era un shock para nuestros sistemas”, dijo.
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